ran parte de la exploración de todo el Occi- venezolano y de todo el territorio, incluso el ;o, se hizo bajo la fascinación de ese mito, en de esa riqueza infinita. Los españoles del si- /I se.habían habituado a encontrar en Améri- rezas muy grandes, las que hallaron en Méxi- uego en el Perú. Esto les hacía pensar que po- ncontrar todavia otras mayores. Por lo tanto, roclives a creer cualquier mala interpretación tlquier reseña recibida o malentendida de los , y creer que existía una ciudad mucho más ue las otras, donde el oro iba a ser práctica- Piezas de orfebrería de las civilizaciones amerin¬dios precolombinos. 14 mente un material de construcción, donde los guija¬rros de las calles iban a ser diamantes, rubíes y es¬meraldas. ¥ eso estuvo asociado con lo que llama-mos hoy territorio de Venezuela porque se pensó que El Dorado estaba o en alguna región de los lla¬nos o en alguna parte de lo que hoy llamaríamos la Amazonia o la Orinoquia, toda esa región que se extiende entre el M
Qué encuentra él en Coro? No encuentra en una mera ranchería, un grupo de ranchos as por los indios donde poco antes había factor español llamado Juan de Ampies, i sido probablemente el iniciador de esa t. Sin embargo, cuando él llega, declara a iudad, y es muy importante este hecho ¡vela una mentalidad. Los españoles 11a- udad no a un conjunto de casas y de servi- a una creación jurídica, una ficción de de- 1a cosa que estaba idealmente concebida, i que cuando él llega como gobernador de a y proclama su capital a Coro, declara a ad y cómfénza por constituir la estructura ie una ciudad, por crear un cabildo y las es funciones que tiene una ciudad, la más el mundo, en un contraste irrisorio, quijo- n una realidad que consistía en un grupo s unas cuantas chozas construidas por los e bahareque y techos de paja. Este primer ! no es el único, y muy revelador de la ad que dirigía a la Corona española en la a. Ellos' creaban ciudades en el derecho en el hecho no existía nada, un sistema